El niño cuando nace necesita tener unos reflejos motores automáticos (son movimientos involuntarios), estos reflejos deben estar presenten en el momento del nacimiento y en los primeros años de la vida para proporcionar un desarrollo motor adecuado. A los 12 meses se deben de integrar para dar paso a los reflejos posturales. Si no se integran pueden provocar dificultades en el desarrollo de las habilidades visuales.
Existen diferentes ejercicios motores para integrar cada reflejo activo o la Terapia de movimientos rítmicos. Normalmente se trabaja a la par que la terapia visual, según las necesidades del paciente.